
Villa Devoto
Solcito, pizza, cafés y flâneurs con hambre de aventura
Feriado nacional, sol radiante y cero ganas de quedarse en casa. Así arrancó nuestra aventura por Villa Devoto, ese barrio que tiene alma de pueblo pero corazón bien porteño. Y como flâneurs siempre amamos recorrer en compañia, esta vez nos acompañó una de nuestras flâneurs más fieles: @Jacqui, que se copó con ganas a vivir esta escapada con nosotras.
La mejor previa: pizza, fútbol y ganas de volver
Nuestro punto de encuentro fue Av. Francisco Beiró, y como habíamos salido sin desayunar (decisión polémica, pero estratégica), la primera parada fue para llenar la panza.
¿Dónde? En Pizzería Nani, una joyita temática que respira fútbol por todos sus rincones.
Desde que entrás, te sentís parte del equipo: te saludan como si fueras de la casa, y las paredes están cubiertas de copas (sí, la del mundo incluida), camisetas históricas y recuerdos que te sacan una sonrisa futbolera.
Pedimos una napolitana que nos dejó más que felices. Las porciones eran generosas (gracias, Nani, por no mezquinar queso) y para coronar la experiencia, nos regalaron cafecito con tarta.
Gratis. Así nomás. Nos fuimos con panza llena y promesa de volver.






el barrio
La plaza Ricchieri y un ratito de sol
Con el estómago contento y el corazón futbolero, decidimos bajar la pizza a puro sol. Nos tiramos un rato en la Plaza Ricchieri, el corazón verde de Devoto. Estaba llena de vida: chicos en los juegos, gente tomando mate, perros corriendo como locos… y nosotras ahí, flâneando con ganas.
Unas compras para cortar la tarde
Después nos dimos una vuelta por el Shopping de Devoto, que siempre es buena opción si querés chusmear tiendas o hacer alguna comprita espontánea (spoiler: sí, compramos).
Un café de especialidad que no falla
Como todo paseo que se precie, el cierre tenía que ser dulce. Así que fuimos a Café Valentino, uno de los cafés de especialidad más lindos del barrio. Es pet friendly, así que si venís con tu mascota, también se lleva su mimo. El ambiente es tranquilo, ideal para charlar largo, tomar algo rico y cerrar el día con ganas de repetir.



Devoto nos sorprendió
No nos esperábamos un día tan completo, tan sabroso y tan divertido. Devoto tiene eso: la mezcla perfecta entre barrio tradicional, espacios verdes, gastronomía de primera y esa calma que te hace sentir lejos del quilombo de la ciudad sin haberte movido de Capital.
Y como siempre decimos… cuando el plan es callejear con ganas, cualquier feriado se convierte en aventura.
¿Querés sumarte a la próxima salida? Seguí nuestros pasos, que las flâneurs nunca frenan. 😉✨
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