Reserva Ecologica de Buenos Aires – Sabado 23 Nov 2024

Un día de sol y risas en la Reserva Ecológica

Si hay algo que nunca nos cansa de Buenos Aires, es la posibilidad de escapar, aunque sea por un par de horas, del bullicio de la ciudad y sumergirnos en un rincón de paz.
La Reserva Ecológica de la Costanera Sur es uno de esos lugares mágicos donde podés respirar aire puro, rodearte de naturaleza y disfrutar de una caminata tranquila.

No sé si alguna vez tuvieron uno de esos días que empiezan con la promesa de “vamos a caminar un rato” y terminan con pasos que parecen dignos de un maratón. Bueno, así fue nuestra visita a la Reserva Ecológica de Costanera Sur. 🌿👟
Desde el minuto uno, el sol nos acompañó con todo su esplendor (¡y por suerte vinimos con protector solar, porque el sol no perdona! ☀️). Armamos un grupo increíble: 9 mujeres, todas con buena onda y ganas de pasarla bien. Eso sí, después de presentarnos, ya teníamos claro que el desafío no sería solo caminar, ¡sino mantener el ritmo!

El recorrido: una postal en cada esquina

La Reserva tiene esa magia de hacerte olvidar que estás en pleno Buenos Aires. Caminamos por senderos rodeados de verde, con el río ahí nomás. 🌳✨
Empezamos el día con un sol radiante ☀️, ideal para caminar sin preocupaciones. A medida que avanzábamos por los senderos, rodeadas de árboles, plantas y aves, sentíamos cómo el estrés de la semana se iba disolviendo. La Reserva es enorme, con caminos que se extienden a lo largo de más de 350 hectáreas, lo que nos permitió descubrir nuevos rincones con cada paso.

Provisiones salvadoras y charlas eternas

Entre pausa y pausa a lo largo de nuestra visita guiada, las charlas no paraban. Hablamos de todo: la vida, anécdotas, y hasta debates existenciales. 🧉😂 Durante el picnic los snacks, bizcochitos y el mate no faltaron!
Repartimos regalitos para todas: Stickers y pines para todas si prestaban atención al tour guiado… hubo bastantes aciertos!!
Lo mejor fue esa sensación de grupo: entre todas nos cuidamos, nos reímos y disfrutamos de cada paso. Cada vez que alguien decía “falta mucho para llegar?”, el resto respondíamos con bromas para seguir adelante.

El misterioso animal… o no tanto

Una de las anécdotas más divertidas de la jornada fue cuando, en medio de una caminata, pensamos haber visto un animal salvaje.
Entre risas y susurros, tratamos de identificar a “nuestro nuevo amigo”… hasta que, al acercarnos, nos dimos cuenta que no era más que una rama con demasiado protagonismo. 😅
No hubo yararás, serpientes ni lagartos misteriosos, pero la emoción de la búsqueda de animales valió totalmente la pena. ¡La próxima, quizás!

Un cierre para el recuerdo

Terminamos la caminata con la sensación de haber recargado energías.
El sol bajaba despacito, y entre las últimas fotos grupales y miradas al horizonte, quedó claro que este no sería nuestro único paseo juntas.
La Reserva no solo nos regaló un paisaje increíble, sino también la oportunidad de conectar entre nosotras, de compartir un día simple pero lleno de magia.
Esos momentos en los que no necesitás más que la naturaleza, un buen grupo y unas cuantas risas para sentirte feliz.
Así que, si nunca fuiste a la Reserva, acá va nuestro consejo: ¡andá! Pero ojo, llevá protector solar, buenos zapatos y mucho espacio en el corazón para guardar todos los recuerdos que te vas a llevar. 💚
Nosotras ya estamos planeando la próxima. ¿Te sumás? 😉

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