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Como si se pudiera elegir en el amor…
Hola, queridos flâneurs! Les damos oficialmente la bienvenida a nuestro mundo de recorridos y aventuras porteñas.
La idea de este espacio es que nos conozcan un poco más tanto a Pau como a mí, y poder compartirles un poquito de los rincones de la ciudad que más nos gustan. Hoy les escribe Ainé, tengo casi 31 años y llevo más de 3 viviendo en la ciudad.
Todos los que me conocen me preguntan por qué amo tanto Buenos Aires. Realmente es una pregunta cuya respuesta no está clara para mí, aún la desconozco. Podría citar al tango y decir que ‘’Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo, viste?’’, pero estaría mintiendo. No sé que tienen las tardecitas ni las calles de esta ciudad, sólo sé que desde que la recorrí por primera vez el 2/03/04, algo cambió en mí para siempre.


Esa mañana tuve la certeza de que era mi lugar en el mundo, y ese deseo se convirtió en una especie de mandato autoimpuesto: en algún momento tenía que vivir acá, iba a ser parte de la historia de esta ciudad y nuestros caminos se iban a cruzar en el futuro. También comprendí que eso de por sí no sería suficiente: necesitaría transmitir y comunicar todas las vivencias e historias que pudiera vivir o experimentar en estos años. Y aunque no es un camino fácil desandar las aventuras recopiladas y vividas desde mis 11 años hasta el día de hoy, estoy convencida de que vale la pena intentarlo con ustedes.
¿Por qué te gusta tanto esta ciudad?, me preguntan siempre. Amo Buenos AIres por sus centenares de teatros históricos, por sus barrios simples y residenciales, por sus zonas más estruendosas y transitadas, por los miles de personajes culturales que nacieron y forjaron acá su identidad, por las historias más simples y mágicas que ocurrieron en sus rincones, por las características barriales que cada comuna representa y sostiene, por sus paisajes que combinan, mezclan y separan el infinito poder de la naturaleza y la fuerza e inteligencia del hombre para desarrollar su imperio.
Amo Buenos Aires por todo esto, sí, pero también la amo por todo lo que transformó en mí: en las calles, plazas y barrios porteños reí, soñé, gané, perdí, amé, lloré, extrañé, me emocioné, me conmoví, pero por sobre todas las cosas fui feliz. Hoy los invito a que sean felices conmigo.

